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17 auténticos platos portugueses para probar en Portugal

¡Ola, amantes de la comida! Coge tus pasaportes, ponte tus pantalones cómodos y pon tu paladar en 'modo aventura' porque estamos a punto de embarcarnos en un viaje gastronómico por el corazón de Portugal.

Y chico, ¿te espera un regalo?

Si cree que la cocina portuguesa se basa en bacalao salado y tartas de natillas, prepárese. Hay todo un mundo de delicias para relamerse los labios, babear e instalar en Instagram esperándote en la tierra del sol, el mar y el vino de Oporto.

¿Y qué mejor manera de sumergirse en la escena culinaria que explorando la mejor comida que Portugal tiene para ofrecer?

Desde el icónico Bacalhau hasta el humilde pero celestial Pastel de Nata, la comida portuguesa es una mezcla de sabores intensos y un reconfortante confort. Con el Océano Atlántico sirviendo como una generosa despensa de mariscos frescos y una tradición de comida rústica y abundante, la cocina local es todo menos insulsa.

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Historia e influencia en la cocina portuguesa

Pero antes de llegar al meollo de la cuestión, hablemos un poco de por qué la comida portuguesa sabe como sabe.

Portugal debe mucho a su rica historia y a la infinidad de culturas que le han influido a lo largo de los siglos. Sus exploradores marinos, benditas sean sus almas hambrientas, zarparon para descubrir nuevas tierras, pero también trajeron una gran cantidad de especias, técnicas e ingredientes que cambiaron nuestro paisaje culinario para siempre.

Desde el picante de los chiles hasta el exotismo de la vainilla, los antepasados ​​portugueses tenían la habilidad de infundir un gran dinamismo a su cocina. Si a esto le sumamos una cultura del vino tan antigua como las colinas (aquí te estamos mirando, Vinho Verde) y el amor por los ingredientes frescos y simples, obtendrás una cocina diversa, dinámica y francamente deliciosa.

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Platos y Especialidades Regionales

Puede que Portugal sea pequeño, pero cuando se trata de comida, tiene mucho sabor y variedad regional. Cada rincón de su tierra bañada por el sol cuenta con sus propios tesoros culinarios.

Desde Caldo Verde en el verde norte hasta el cochinillo de las regiones centrales y el pollo Piri-Piri del sur del Algarve, estos platos regionales reflejan los paisajes, historias y culturas de sus zonas.

Tomemos como ejemplo el Cozido à Portuguesa. Es una deliciosa mezcla hervida de carnes y verduras, un poco como una versión portuguesa de rosbif y patatas, originaria del norte de Portugal. Pero es amado en todo el país por una buena razón: es la mejor comida reconfortante.

O considere la Açorda de la región del Alentejo. Es un plato humilde elaborado con sobras de pan remojadas en un caldo de ajo y cilantro, coronado con un huevo escalfado. Este plato no sólo es delicioso; es un testimonio de la capacidad portuguesa para convertir ingredientes simples en comidas que satisfacen el alma.

Platos portugueses esenciales para probar en Portugal

Ahora, vayamos al verdadero meollo de la cuestión, o en el caso de Bacalhau à Brás, al verdadero Pescado de la cuestión.

Éstos son algunos de los mejores platos portugueses que le harán querer reservar el próximo vuelo a Portugal.

1. Bacalhau (bacalao salado)

Si hay un plato que personifica la cocina portuguesa ese es el Bacalhau. Lo curioso es que en Portugal ni siquiera se pesca bacalao. Pero hace siglos, los exploradores portugueses encontraron el bacalao perfecto en las heladas aguas del Atlántico frente a Terranova. Fue salado y secado para durar el largo viaje a casa, y el resto es historia culinaria. Los portugueses aman tanto el Bacalhau que se dice que hay más de 365 formas de cocinarlo, ¡una para cada día del año! Desde Bacalhau à Brás (bacalao rallado con cebolla, huevos y patatas fritas) hasta Bolinhos de Bacalhau (buñuelos de bacalao), este pescado es un tesoro nacional.

Dónde probarlo: Dirígete hacia el norte para disfrutar del mejor Bacalhau à Gomes de Sá, una abundante combinación de bacalao, patatas y cebollas.

2. Pastel de Nata

Estas pequeñas conchas de hojaldre rellenas de crema cremosa y espolvoreadas con canela son las estrellas indiscutibles de los postres portugueses. Se cree que fue creada por monjes del Monasterio de los Jerónimos de Belém, pero la receta original es un secreto celosamente guardado. Sin embargo, esto no ha impedido que las pastelerías de todo el país hagan sus propias versiones. Estas tartas son el equilibrio perfecto entre corteza hojaldrada y relleno cremoso, y es mejor disfrutarlas ligeramente calientes.

Dónde probarlo: Para disfrutar de algo auténtico, diríjase a la Antiga Confeitaria de Belém, hogar de los Pastéis de Belém originales.

3. Polvo à Lagareiro (Pulpo con Aceite de Oliva y Patatas)

Amantes de los mariscos, ¡regocíjense! Aquí tienes un plato que muestra la generosidad del Atlántico en todo su esplendor. El pulpo se ablanda, se asa y se sirve con patatas picadas bañadas en un generoso chorrito de aceite de oliva y ajo. ¿El mejor Polvo à Lagareiro? Te espera en los pueblos costeros, donde el pulpo está lo más fresco posible.

Dónde probarlo: Pruébelo en Setúbal, al sur de Lisboa, y acompáñelo con un vino blanco frío.

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4. Porco Preto (Cerdo Negro Ibérico)

Proveniente de los vastos paisajes salpicados de alcornoques del Alentejo, el Porco Preto (cerdo negro ibérico) es el epítome de la comida portuguesa excepcional. Estos cerdos negros, que buscan bellotas bajo los alcornoques, llevan una vida lo más orgánica posible, y este estilo de vida le da a la carne un sabor a nuez, deliciosamente único, que la distingue. La preparación tradicional es refrescante y sencilla: la carne de cerdo generalmente se asa simplemente y, en ocasiones, se adorna con un chorrito de jugo de limón picante. Este método pone la carne suculenta y sabrosa en el centro de atención, donde realmente pertenece.

Dónde probarlo: Para disfrutar del mejor Porco Preto, debes visitar cualquiera de las tabernas rústicas de la capital del Alentejo, Évora. Aquí, combine su comida con un vino tinto local del Alentejo y obtendrá una combinación culinaria perfecta.

5. Arroz de Pato

Pocos platos resumen el confort rústico de la cocina portuguesa como el Arroz de Pato. Esta fusión al horno de arroz, pato y, a menudo, rodajas de chorizo ​​español picante da como resultado una comida que calienta el alma tanto como agrada al paladar. El plato proviene de la antigua ciudad de Braga, ubicada en la verde provincia de Minho, en el norte de Portugal. El secreto de su irresistibilidad radica en el contraste de texturas: la tierna carne del pato contra la capa superior de arroz ligeramente crujiente que se logra horneando. Un viaje al norte no estaría completo sin degustar un plato de Arroz de Pato.

Dónde probarlo: Dirígete al casco antiguo de Braga, donde los restaurantes tradicionales sirven este querido plato siguiendo recetas ancestrales. Acompañada de una copa de Vinho Verde de la región, esta es la mejor comida reconfortante portuguesa.

6. Sardinhas Assadas (Sardinas a la parrilla)

Para disfrutar del sabor clásico de los mariscos portugueses, no busque más que las Sardinhas Assadas, o sardinas a la parrilla. Por excelencia portuguesas, estas delicias plateadas del Atlántico alcanzan su mejor momento durante los meses de verano. Asadas a la perfección sobre brasas, las sardinas logran un exterior ligeramente crujiente sin dejar de ser suculentas por dentro. Con un chorrito de zumo de limón, encarnan sencillez y frescura.

Dónde probarlo: Lisboa, durante las Festas de Lisboa en junio, es sin duda el mejor lugar para saborearlas. Los puestos callejeros de toda la ciudad los asan por docenas, su aroma ahumado llena el aire, haciéndolos imposibles de resistir.

7. Francesinha (“Pequeña Frenchie”)

Originaria de la vibrante ciudad de Oporto, Francesinha es el sueño de los amantes de la carne hecho realidad. ¡Este no es un sándwich para pusilánimes! Una suntuosa pila de pan, jamón curado, linguiça, salchichas frescas, bistec, cubierto con queso fundido y bañado en una rica y picante salsa de tomate y cerveza y luego coronado con un huevo frito, es una aventura culinaria. A menudo se sirve con una guarnición de papas fritas y es una comida reconfortante en su máxima expresión.

Dónde probarlo: Para disfrutar de la Francesinha original, dirígete a su lugar de nacimiento, Oporto, donde los cafés y tabernas de toda la ciudad sirven sus propias versiones de esta delicia. Probé mi primera Francesinha en el Café Santiago de Oporto, por recomendación de la recepcionista de mi hotel, y fue increíble.

8. Arroz de Marisco (arroz con mariscos)

Arroz de Marisco es un testimonio de la abundante costa de Portugal, con una variedad de mariscos como cangrejo, camarones, almejas y langosta, todo ello enclavado en una cama de aromático arroz con azafrán. Este plato, similar a la paella española pero más caldoso, es una celebración de la generosidad del océano. Tiene su origen en el pueblo pesquero de Vieira de Leiria, donde abunda el marisco fresco. La combinación de varios mariscos con el arroz de sabor sutil da como resultado un plato rico y reconfortante difícil de olvidar.

Dónde probarlo: Dirígete a cualquiera de las ciudades costeras de Portugal para disfrutar de este sabroso plato de marisco.

9. Açorda (Pan Remojado en Caldo)

El pan, el humilde alimento básico, ocupa un lugar central en Açorda. Este sabroso plato con sabor a ajo muestra el ingenio y la capacidad del Alentejo para crear platos llenos de sabor a partir de ingredientes simples. El pan del día anterior se remoja en un rico caldo elaborado con ajo, cilantro, aceite de oliva y huevos escalfados. Aunque varía según la región, la Açorda al estilo del Alentejo es especialmente apreciada.

Dónde probarlo: Deberías aventurarte a la serena campiña de Portugal para disfrutar de un sabor auténtico, donde este cálido y rústico plato se prepara con cariño en tabernas tradicionales.

10. Queijo

Los entusiastas del queso estarán de enhorabuena al explorar el rico paisaje lácteo de Portugal. Con innumerables variedades producidas en todo el país, el queso portugués es un universo de diversos sabores y texturas. Uno que realmente destaca es el Queijo Serra da Estrela, elaborado en la región montañosa de la Serra da Estrela. Este es el queso más antiguo y venerado de Portugal, con un interior cremoso y ligeramente picante que es perfecto para untar sobre pan.

Dónde probarlo: Para disfrutar de la mejor experiencia, visite la pintoresca ciudad de Celorico da Beira, conocida como la "capital del queso Serra da Estrela".

11. Prego (sándwich de bistec)

Rápido, sencillo e intensamente satisfactorio, el Prego es la respuesta portuguesa al sándwich de carne. Un filete de ternera jugoso, sazonado con ajo y, a veces, mostaza, envuelto en un panecillo crujiente: es sencillo pero innegablemente delicioso. Normalmente se come como comida principal o incluso como postre después del marisco en las cervejarias (cervecerías) de Lisboa, y es una delicia versátil.

Dónde probarlo: Visite Beira Gare, un animado restaurante en el corazón de Lisboa, conocido por sus excepcionales Pregos.

12. Cataplana de Marisco (guiso de mariscos)

Cataplana de Marisco, que lleva el nombre de la sartén de cobre con forma de almeja en la que se cocina, muestra lo mejor de los mariscos portugueses en una maravilla de una sola olla. Mejillones, almejas, langostinos y chorizo ​​se cuecen a fuego lento con vino blanco, tomates y especias para crear un guiso sabroso que combina perfectamente con pan crujiente. La región del Algarve, conocida por su marisco fresco y su influencia morisca única, ofrece la mejor experiencia en Cataplana.

Dónde probarlo: No te pierdas los restaurantes junto a la playa de Faro, donde podrás disfrutar de esta sabrosa delicia con una impresionante vista al mar.

13. Lapas (Lapas)

Las lapas, o lapas, son pequeñas criaturas marinas que se aferran a las costas rocosas de las islas Azores y Madeira. Asados ​​a la plancha con un poco de ajo y zumo de limón, ofrecen un auténtico sabor a océano Atlántico. Aunque aparentemente humildes, las lapas son un manjar y un alimento básico de la dieta local en estas islas.

Dónde probarlo: Para disfrutar de las mejores y más frescas lapas, diríjase a la impresionante isla volcánica de Pico en las Azores, donde el mar a la mesa adquiere un significado completamente nuevo.

14. Bifanas (sándwiches portugueses)

Portugal tiene un amor eterno por los sándwiches y las bifanas son las amadas del país. Imagínese un crujiente panecillo portugués acunando finas rebanadas de carne de cerdo marinada que ha sido frita y bañada en una salsa de ajo y vino blanco. ¡Esto no es sólo un sándwich, es una institución cultural!

Dónde probarlo: Vendas Novas, un pequeño pueblo del Alentejo, afirma ser el lugar de nacimiento de la Bifana e incluso alberga un festival anual que lo celebra. Visite los mercados de alimentos locales para disfrutar de las Bifanas más auténticas.

15. Alheira (salchicha portuguesa)

La salchicha de Alheira tiene una historia fascinante. Fue inventado por los judíos portugueses durante la Inquisición como señuelo para ocultar su fe, ya que los judíos no comían carne de cerdo. Hoy en día, Alheira puede contener una variedad de carnes, incluidas aves, caza o incluso pescado, mezcladas con pan para darle textura.

Dónde probarlo: La localidad de Mirandela, al norte, es conocida por sus Alheiras, hasta el punto de que cuentan con denominación de origen protegida. No dejes de probar una “Alheira de Mirandela” cuando visites la zona.

16. Pollo Piri-Piri

Este plato picante es un testimonio del espíritu aventurero de Portugal. El pimiento piri-piri fue introducido por exploradores portugueses que regresaban de África y rápidamente se abrió camino en la cocina local. El pollo Piri-Piri, picante y picante, o Frango à Piri-Piri, es un alimento básico de la barbacoa portuguesa.

Dónde probarlo: Para vivir la mejor experiencia, dirígete a Guia, un pequeño pueblo de la región del Algarve, conocido como la "Capital del Pollo", donde los lugareños afirman que nació la receta original.

17. Caldo Verde (sopa tradicional portuguesa)

Caldo Verde, literalmente "caldo verde", es una de las sopas más populares de Portugal. Originaria de la provincia de Minho, en el norte, esta reconfortante sopa es una mezcla de col rizada en rodajas finas, patatas, aceite de oliva y, a menudo, chorizo. Se disfruta mejor con una rebanada de abundante broa de milho (pan de maíz portugués), y es el favorito para cenas nocturnas y ocasiones festivas.

Dónde probarlo: No dejes de probar esta querida sopa en cualquiera de las acogedoras tabernas de Oporto, donde se sirve caliente y fresca, y promete calmar tu alma con cada cucharada.

La cultura de la cena en Portugal

La cocina de Portugal es un tapiz vibrante tejido por su historia, geografía y el amor de los portugueses por la buena comida. Al igual que su paisaje, la cultura gastronómica varía desde las montañas del norte hasta la costa sur bañada por el sol, aunque prevalecen ciertos temas universales. 

Ahora bien, si te preguntas cuál es la mejor manera de disfrutar la comida portuguesa, recuerda, se trata de las 3 S: Lento, Social y Sabroso.

A los portugueses les encantan las comidas largas, las mesas llenas y las conversaciones animadas.

La hora de comer en Portugal es más que una simple rutina: es un ritual rico en tradiciones y lleno de disfrute. Es un momento para relajarse, compartir y entablar una conversación animada. Las comidas portuguesas suelen durar varias horas, con varios platos intercalados con vino local y charlas agradables. 

A diferencia de muchas culturas que reservan el vino para ocasiones especiales, en Portugal, una copa de Vinho Verde o un tinto atrevido de la región del Duero suele acompañar incluso las comidas de los días laborables. 

En particular, el cozido à portuguesa, un guiso de carne y verduras, es el favorito para el almuerzo del domingo y reúne a las familias alrededor de la mesa para celebrar el fin de semana. 

En los restaurantes, el concepto de “prisa” parece extraño. Se anima a los huéspedes a saborear sus comidas y la cuenta solo se entrega cuando la solicitan, lo que amplía aún más el ritmo pausado de la cena portuguesa. 

Los postres portugueses, especialmente los pastéis de nata, son muy apreciados y son una parte integral de la cultura del café. Abundan las pastelerías y cafeterías, lo que hace que sea fácil disfrutar de estos dulces durante todo el día.

Consejos prácticos para los amantes de la comida que viajan a Portugal

Para los amantes de la comida, Portugal es un destino durante todo el año con delicias culinarias a cada paso. Sin embargo, programar su visita con los festivales gastronómicos locales puede brindarle una visión única de la cultura gastronómica. El Festival Nacional de Gastronomía que se celebra en Santarém en octubre es una visita obligada y ofrece una mezcla heterogénea de platos tradicionales de todo el país. 

Cuando salga a cenar, ¡sea aventurero! No dude en pedir recomendaciones a los lugareños; por lo general, estarán más que felices de compartir sus lugares y platos favoritos. Un pastel de nata en la Antiga Confeitaria de Belém o una ración de Polvo à Lagareiro en Ramiro en Lisboa vienen con la satisfacción de probar una receta original en su hogar.

Para disfrutar de auténticas experiencias gastronómicas locales, explore las tascas, pequeños restaurantes, a menudo de propiedad familiar, que sirven abundantes platos tradicionales. Estos son los mejores lugares para probar platos básicos como la Caldeirada de Peixe, un guiso de pescado, o la Alheira de Mirandela, una salchicha portuguesa.

Aprenda algo de vocabulario sobre comida portuguesa. Saber la diferencia entre un Prego (sándwich de carne) y Bifanas (sándwiches de cerdo), o distinguir los Bolinhos de Bacalhau (buñuelos de bacalao) de los Pasteis de Bacalhau (otro tipo de pastel de bacalao), te vendrá muy bien.

Finalmente, ¡disfruta el viaje! Desde los mariscos del Atlántico hasta el cochinillo de Bairrada y los quesos únicos de la Serra da Estrela, el paisaje culinario de Portugal es tan diverso como delicioso. Tómate tu tiempo, come como un local y tu aventura gastronómica portuguesa será sin duda un viaje inolvidable.